28 de junio de 2013

"Nos atrae la lógica del perdedor" (Clarín, Junio 2013)

Transcribimos la nota completa, más lo que no se publicó sobre la entrevista en la que decimos sentirnos atraidos por la lógica del perdedor:
No es un error de tipeo: Thes Siniestros se llama así. Y pronunciada doble esa “s” parece ir contra la mísmisa propuesta nominal: lo sibilante como carta de presentación, en este caso, para un último disco (Dorado y eterno) plácido & interesante de ensoñación pop, con toques de psicodelia y alguna guitarra surf rock. “Sabíamos que nuestro nombre iba a ser confuso, que iban a pensar que éramos una banda de rockabilly o de garage pero no se nos ocurrió nada mejor. Lo que nos salva es ese artículo que no existe: ‘thes’, je”, dice Juan Irio, bajista y vocalista del grupo.
Dorado y eterno es el cuarto álbum que editan estos platenses en cinco años. Y, continuando con la inherencia prolífica, ya están armando el quinto. “Queremos un disco movilizado, casi sexual, que sude y que alucine. Creo que será un álbum de piel negra el que se viene, un disco con fuerte ideología, con explosiones de energía. Lo vamos a amar, seguramente”, adelanta. Si algo es constante en Thes Siniestros es el cambio. Así lo demuestra la sucesión: ¡Ritmovertigo!, su primer álbum de 2008, cuenta medio acelerado lo que sucede en un pueblo: “Quisimos vomitar una road movie”, resume Juan. En el segundo, Campos de Satán, hicieron “una opera rock anfetamínica, sobre un gaucho que bajaba a los infiernos”, algo así como un Fausto del Litoral. Y en el tercero, Los últimos días, hubo intención introspectiva: “Quisimos hablar de nosotros mismos, de las miserias humanas, e hicimos un quiebre en lo musical”. Aquí apareció por primera vez Graham Sutton (Jarvis Cocker, British Sea Power) a cargo de la masterización también en Dorado...“Primero nosotros estábamos re copados con él y, luego, él pasó a estar re cebado con nosotros”, se ríe Juan.
El aporte de Sutton en el último trabajo fue, quizás, resaltar lo que se proponía desde la banda: “Pensábamos en el legado que puede hacer una persona, casi imposible, porque la cantidad opaca lo individual: somos muchos. Lo que queda es el mundo. Esto es algo muy romántico. Es que nos atrae la lógica del perdedor”, filosofa.
A la hora de trazar un panorama general, Irio destaca la creciente “necesidad real de búsqueda de renovación y de identidad que se había perdido desde hace décadas. Esa cosa genuina y elegante -al tiempo que desfachatada- que tenía nuestro rock hace 30 años se aplastó con los años”, dice. Y recomienda: de La Plata, La Patrulla Espacial, Güacho y Un Planeta; fuera de este ámbito, Malta, Cosmo y Los Cheremeques. Sobre el fin, arenga: “Necesitamos un recambio que es hora de ayudar a florecer definitivamente”.


EXTRAS:
El rock argentino hoy:  "Siento que hay una necesidad real de búsqueda de renovación y de identidad que se había perdido desde hace décadas. Nuestro rock es fundacional del rock en español, y nuestras bandas próceres inventaron lograron una cantidad de discos de calidad y belleza que de sólo pensarlos a todos juntos me tiembla el cuerpo. Siento que esa cosa genuina y elegante -al tiempo que desfachatada- que tenía nuestro rock hace 30 años se aplastó con los años. Ahora, espero, hay una enorme cantidad de bandas que se salen de esa cosa chata, logrando incluso llamar la atención de aquellos que organizan los grandes festivales, algo que hasta hace muy poco era imposible de esperar. Necesitamos y tenemos un recambio que es hora de ayudar a florecer definitivamente.
Definición de los siniestros: "Creo que es la banda en la que quiero seguir tocando el resto de mi vida, lo que no es poco. La siento real, y cuando alguien viene a decirnos que le gustó nuestro disco o que nuestro show le generó algo bueno, el círculo me cierra todavía más. Nos divierte ver cómo se rompen los cuernos tratando de etiquetarnos, e incluso ver cuando alguien se desilusiona creyendo que éramos una banda de rock garagero o una banda indie del montón. Será que cualquier etiqueta nos pone incómodos y enseguida tratamos de salirnos de ahí, por eso no sé qué palabras podrían definirnos. El día que alguien encuentre algo que dé en la tecla de lo que realmente somos, seguramente ese día la banda ya haya dejado de existir hace tiempo y sea más fácil rematarlo".

El rock platense: "Nos nutrimos de esa efervescencia que tiene el rock platense, la gran cantidad de música que aflora, la bohemia que de alguna manera se mantiene viva pese a que la ciudad ya no es lo que era cuando la idearon Benoit y Dardo Rocha. Hoy luce mamarrachosa, la gestión del intendente Bruera ayudó a desmantelar aquella belleza de ciudad a escala humana que también generaba cosas en la música platense, acumulando edificios espantosos. Pese a eso, perdura en el rock platense esa cosa de logia, de sello no convencional que lo ha distinguido. Ahora, si me preguntás qué no es tan positivo de este presente, puede ser que muchos piensen que por ser platenses las bandas ya son todas iguales, algo que está muy lejos de la realidad. Y nosotros, en este sentido, estamos bien haciendo un camino propio".

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